Monday, July 6, 2009


TEORIA DE LAS VENTANAS ROTAS


En 1969, en la Universidad de Stanford (EEUU), el Prof.
Phillip Zimbardo realizó un experimento de psicología social. Dejó dos
autos abandonados en la calle, dos autos idénticos, la misma marca,
modelo y hasta color. Uno lo dejó en el Bronx, por entonces una zona
pobre y conflictiva de Nueva York y el otro en Palo Alto, una zona
rica y tranquila de California. Dos autos idénticos abandonados, dos
barrios con poblaciones muy diferentes y un equipo de especialistas en
psicología social estudiando las conductas de la gente en cada sitio.

Resultó que el auto abandonado en el Bronx comenzó a ser
vandalizado en pocas horas. Perdió las llantas, el motor, los espejos,
el radio, etc. Todo lo aprovechable se lo llevaron, y lo que no lo
destruyeron.
En cambio el auto abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto.

Es común atribuir a la pobreza las causas del delito.
Atribución en la que coinciden las posiciones ideológicas más
conservadoras, (de
derecha y de izquierda). Sin embargo, el experimento en cuestión no
finalizó ahí, cuando el auto abandonado en el Bronx ya estaba deshecho
y el de Palo Alto llevaba una semana impecable, los investigadores
rompieron un vidrio del automóvil de Palo Alto.

El resultado fue que se desató el mismo proceso que en el
Bronx, y el robo, la violencia y el vandalismo redujeron el vehículo
al mismo
estado que el del barrio pobre.

¿Por qué el vidrio roto en el auto abandonado en un vecindario
supuestamente seguro es capaz de disparar todo un proceso
delictivo?

No se trata de pobreza. Evidentemente es algo que tiene que
ver con la psicología humana y con las relaciones sociales. Un vidrio
roto en un auto abandonado transmite una idea de deterioro, de
desinterés, de despreocupación que va rompiendo códigos de
convivencia, como de ausencia de ley, de normas, de reglas, como que
vale todo. Cada nuevo ataque que sufre el auto reafirma y multiplica
esa idea, hasta que la
escalada de actos cada vez peores se vuelve incontenible, desembocando
en una violencia irracional.

En experimentos posteriores (James Q. Wilson y George Kelling)
desarrollaron la 'teoría de las ventanas rotas', misma que desde un
punto de vista criminológico concluye que el delito es mayor en las
zonas donde el descuido, la suciedad, el desorden y el maltrato son
mayores.

Si se rompe un vidrio de una ventana de un edificio y nadie lo
repara, pronto estarán rotos todos los demás. Si una comunidad exhibe
signos de deterioro y esto parece no importarle a nadie, entonces allí
se generará el delito. Si se cometen 'pequeñas faltas' (estacionarse
en
lugar prohibido, exceder el límite de velocidad o pasarse una luz
roja) y las mismas no son sancionadas, entonces comenzarán faltas
mayores y luego delitos cada vez más graves.

Si los parques y otros espacios públicos deteriorados son
progresivamente abandonados por la mayoría de la gente (que deja de
salir de sus casas por temor a las pandillas), esos mismos espacios
abandonados por la gente son progresivamente ocupados por los
delincuentes.

La teoría de las ventanas rotas fue aplicada por primera vez a
mediados de la década de los 80 en el metro de Nueva York, el cual se
había convertido en el punto más peligroso de la ciudad. Se comenzó
por combatir las pequeñas transgresiones: graffitis deteriorando el
lugar, suciedad de las estaciones, ebriedad entre el público,
evasiones del pago del pasaje, pequeños robos y desórdenes. Los
resultados fueron evidentes.. Comenzando por lo pequeño se logró hacer
del metro un lugar seguro.

Posteriormente, en 1994, Rudolph Giuliani, alcalde de Nueva
York, basado en la teoría de las ventanas rotas y en la experiencia
del metro, impulsó una política de 'tolerancia cero'.
La estrategia consistía en crear comunidades limpias y
ordenadas, no permitiendo transgresiones a la ley y a las normas de
convivencia urbana.

El resultado práctico fue un enorme abatimiento de todos los
índices criminales de la ciudad de Nueva York.

La expresión 'tolerancia cero' suena a una especie de solución
autoritaria y represiva, pero su concepto principal es más bien la
prevención y promoción de condiciones sociales de seguridad.

No se trata de linchar al delincuente, ni de la prepotencia de
la policía, de hecho, respecto de los abusos de autoridad debe también
aplicarse la tolerancia cero.

No es tolerancia cero frente a la persona que comete el
delito, sino tolerancia cero frente al delito mismo.

Se trata de crear comunidades limpias, ordenadas, respetuosas
de la ley y de los códigos básicos de la convivencia social humana.

Frente a la cantidad de mentiras y mediocres explicaciones
dadas por nuestros Gobernantes de turno (los actuales y los
anteriores) sobre este tema, es bueno volver a leer esta teoría y de
paso difundirla.




La teoria de las ventanas rotas se ha estudiado en otros aspectos de la vida humana - el cuidado personal, el lenguaje, procesos comerciales, etc. Es recomendable aplicarla en todas aquellas actividades en las cuales existen interaccion entre humanos.
El libro "Turnaround" de William Bratton - quien estuvo a cargo del subway de NYC, y luego jefe de la policia de NYC - fue el gran implementador de esta teoria en NYC con excelentes resultados. Giuliani luego se "robo" el credito por esa idea. Bratton es ahora jefe de la policia en Los Angeles.

No comments: