PERFIL | El Gobierno británico indulta a Ronnie Biggs
De ladrón de culto a ladrón anciano
Biggs, promocionando su libro en Río de Janeiro en 1994. | AFP
- El legendario ladrón del tren de Glasgow cumplirá 80 años el sábado
- Ronnie Biggs está gravemente enfermo y los médicos no creen que se recupere
- Nunca se arrepintió del robo: 'Me dio un pequeño lugar en la historia', afirmó
El legendario ladrón británico del tren postal Ronnie Biggs podrá finalmente celebrar el sábado su 80 cumpleaños en libertad. Eso sí, gravemente enfermo.
Biggs no puede comer solo ni moverse, motivo por el cual el ministro de Justicia británico, Jack Straw, ha decidido indultarlo, tras rechazar el 1 de julio su solicitud de libertad anticipada.
Desde comienzos del mes pasado, Biggs fue hospitalizado dos veces. Actualmente sufre una "neumonía grave", por la cual fue trasladado hace diez días desde la prisión Norwich al hospital.
Prácticamente nada recuerda ya al legendario ladrón. En una fotografía que data de hace algunas semanas, se ve sólo a un hombre viejo y enfermo. "Los médicos dicen que no hay más esperanzas", dijo recientemente su hijo Michael.
Robo mítico
Todo comenzó el día de su cumpleaños hace 46 años. Ese día, Ronnie Biggs, junto con otros 14 hombres, asaltó el tren postal real que iba de Glasgow a Londres.
La banda golpeó la cabeza del guarda con una barra de hierro y huyó con un botín de 2,6 millones de libras esterlinas, una cifra que actualizada ascendería a 47 millones de euros.
Los ladrones fueron capturados rápidamente y encarcelados. Biggs fue condenado a 30 años de prisión. Sin embargo, las paredes de la cárcel en Londres-Wandsworth no pudieron retenerlo durante mucho tiempo. Tras 15 meses en prisión, Biggs logró huir descendiendo por una escala de cuerdas, ingresó por un agujero a un camión e inició una huida a través de los continentes, por la cual buscaba alcanzar un estatus de culto a lo largo de las décadas. Biggs se convirtió en el ladrón más buscado del Reino Unido.
El británico se sometió a una cirugía estética para cambiar su cara y una y otra vez logró escapar a último momento de sus perseguidores.
En 1974 casi fue detenido por la policía británica cuando se encontraba en Río de Janeiro. Pero la novia brasileña de Biggs, de 19 años, estaba embarazada, y, como futuro padre, era imposible la extradición según la ley brasileña. Sin embargo, Biggs no pudo gozar de su libertad. "Aún en Brasil era prisionero de mis actos", dijo una vez.
Se entregó a la Justicia en 2001
Finalmente, Biggs se entregó de forma voluntaria. Gravemente enfermo, regresó en 2001 a su país natal. "Mi último deseo es ir a un pub inglés y tomar una pinta de cerveza", indicó. Sin embargo, no logró concretar su sueño. Cuando pisó suelo británico fue directamente a la cárcel.
En sus últimos años de vida no sólo sufrió por las consecuencias de varios ataques cardíacos y derrames cerebrales, sino que también desarrolló cáncer de piel.
"Soy un hombre viejo y me pregunto si realmente merezco un castigo de tal magnitud", dijo. "Sólo quiero la libertad para morir con mi familia y no en la cárcel".
Su hijo Michael abogó incansablemente durante años por su liberación. Su padre es un enfermo terminal y no constituye un riesgo para la opinión pública, argumentó.
El pasado 1 de julio el ministro Jack Straw le denegó la libertad anticipada debido a que Biggs no había manifestado arrepentimiento alguno por el robo.
Y de hecho, Biggs no se arrepiente de lo que hizo. "Considero que es buena la idea de haber participado", indicó hace algún tiempo. "Me dio un pequeño lugar en la historia".
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